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martes, 1 de marzo de 2011

Fe

Si dijera "agua"

y un torrente cristalino

me fluyera por los pies,

sé que nunca bebería

de mi propio cauce

-no es por falta de coraje

sino por falta de fe-.


Silvia Rodríguez Ares

1/3/2011

Escribo

Escribo

para que la vida

me recuerde viva

en estas letras,

y la muerte

se entretenga un rato

borrándome las huellas

en el papel.


Silvia Rodríguez Ares

1/3/2011

Aprendiz de arquero

Aprendiz de arquero,

con la flecha en las entrañas

y la meta lejos.

Atraviesa el blanco

tu mirada.

El corazón

se parte en dos.


Silvia Rodríguez Ares

1/3/2011

Cisne Negro

(inspirado en la escena final de la película Cisne Negro)

Un vidrio se incrustaba

en el espacio de tus miedos

y una boca gruesa

se reía de tus ojos fríos.

Las alas que brotaron

de la sangre que escondías

te lanzaron al Infierno,

Cisne Negro,

donde fuiste Reina,

eternamente,

puro vuelo

hasta el salto final.


Silvia Rodríguez Ares

28/2/2011

Trofeo

La muerte como premio asegurado,

como fin de las palabras,

y la mano que persiste en la escritura

trasegando los renglones con pretextos

para no atacar de lleno

-el golpe debería ser certero-

y que la lira caiga desde el cénit

desplegando su lamento

y el poeta aferre el único trofeo

que la vida prometió.


Silvia Rodríguez Ares

28/2/2011

(por si acaso) Alguna lengua

"ella tiene miedo de no saber nombrar

lo que no existe"

Alejandra Pizarnik


Dice

para que en la hierba crezca

lo que ya no existe


por si acaso alguna lengua

conmoviera al ojo

y creara de la sombra

aquella flor inmaculada

y la mano transparente

que la deshojó.


Silvia Rodríguez Ares

24/2/2011

Bailarina

El disfraz ya estaba viejo

y la fiesta había empezado

tarde.


La música sonaba

en una caja de madera

y una bailarina daba vueltas

por el aire.


Yo pensé que se mareaba

y la ayudé a bajar

de sus zapatos rojos.


Ella me miró

con una mueca de payaso

el alma.


Yo le di mi flor

-esa que siempre

me gustaba tanto-

y antes de marcharme

-creo- que le sonreí.


Silvia Rodríguez Ares

25/2/2011

En esta noche

Llueve apenas.

Sangran los cipreses

lastimados por la luz crepuscular.

Ando a paso lento

en la hojarasca ya sin huellas.

(¿Guardará el silencio

este vano recorrido

que despide sombras?)

Una voz se oculta

en la espesura,

un presentimiento

de que nada romperá

el hechizo.

Porque el aire negro crece

y no se inmuta

ante mi piel herida.


Sólo algunas gotas de rocío,

en esta noche,

se atrevieron a brillar.


Silvia Rodríguez Ares

26/2/2011

En el bosque

En el bosque está perdida

una parte de la infancia

que no tuve.


Hay muñecas bailarinas

saltimbanquis

monos relojeros

abuelitas que toman el té

y fiestas de cumpleaños.


Un gato se me acerca

ronronea

juguetea entre mis piernas

cuando quiero acariciarlo

se disuelve en una hoja de ciprés.


Levanto del suelo sus ojos celestes.

El cielo se cierra y es muy tarde.


Cuelgo mi mochila al hombro

y, esquivando cardos,

vuelvo hacia la aldea

mientras un ciervo con la cara arrugada

me lame los pies.


Silvia Rodríguez Ares

23/2/2011

Siempre espero

La tarde abre las puertas

-febrero que se va-,

en las calles se respira

el mismo aire cansado

típico de un lunes

en cualquier ciudad.

Salgo, siempre espero

que algo cambie

al cruzar en rojo,

que se quiebre el orden,

que enloquezcan las señales

y me lleven a ese otro lado

donde todo es verde.


Allí estarán los restos del verano

que también se va.


Silvia Rodríguez Ares

28/2/2011